La Escuela Roja


Un resumen de la crisis
15 junio 2010, 10:02 pm
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Este texto lo he usado como contenido para una «unidad didáctica» de 3º de la ESO. Es simple pero bastante completo para los lectores que ha tenido, y tal vez, todo esto no sea tan difícil de explicar como nos quieren hacer creer.

La Crisis económica (2007-2010)

“Las crisis, aunque atemorizan, nos sirven para cancelar una época e inaugurar otra.”

El Crack del 29, también conocido como la Crisis del 1929, fue la más devastadora caída del mercado de valores en la historia de la Bolsa en Estados Unidos, tomando en consideración el alcance total y la larga duración de sus secuelas. El crack fue antecedido por un boom especulativo que había surgido a principios de la década de 1920 y había llevado a cientos de miles de norteamericanos a invertir fuertemente en el mercado de valores, incluso un número significativo se prestaron dinero para comprar más acciones.

  1. 0. Los Estados Unidos, la economía más grande del mundo, entraron en 2008 con una grave crisis crediticia e hipotecaria que afectó a la fuerte burbuja inmobiliaria que venían padeciendo, así como un valor del dólar anormalmente bajo. Tras varios meses de debilidad y pérdida de empleos, el fenómeno colapsó entre 2007 y 2008, causando la quiebra de medio centenar de bancos y entidades financieras. Este colapso arrastró a los valores bursátiles y la capacidad de consumo y ahorro de la población.

En septiembre de 2008, los problemas se agravaron con la bancarrota de diversas entidades financieras relacionadas con el mercado de las hipotecas inmobiliarias, como el banco de inversión Lehman Brothers, las compañías hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac o la aseguradora AIG.

La crisis económica actual no fue ninguna sorpresa, multitud de economistas habían alertado de que los síntomas de la misma, esas voces discordantes no fueron tenidas en cuenta, ni entonces, ni ahora en que la corriente mayoritaria de “expertos” tiene claras las medidas a tomar para salir de la misma y estas difieren de las de aquellos que si previeron el colapso.

  1. 1. ¿Cómo hemos llegado a esto?

Pero ¿cómo es posible que en pleno siglo XXI, con unos 200 años de experiencia, de ensayo y error, el capitalismo como sistema sea incapaz de solventar estás “crisis cíclicas” que parecen repetirse cada cierto tiempo?

1.1 La estafa Ponzi

En plena crisis, uno de los casos que saltaron a los medios fue la estafa de un ex vigilante de la playa llamado Madoff. Que mediante una “estafa Ponzi” había conseguido timar a algunas de las entidades financieras mundiales más importantes.

¿Pero que es la estafa Ponzi?


Muy sencillo, una persona anuncia a potenciales clientes que, si le prestan dinero, ya que el carece de capital, puede multiplicar esa cantidad en un corto espacio de tiempo.

El timador, con el dinero de sus primeros “clientes”, puede hacer dos cosas, desaparecer con el mismo, con lo que se trataría de un timo simple y clásico, o puede continuar con la farsa. De elegir continuar, buscará nuevos clientes con cuyo dinero podrá pagar a sus primeros estafados. Diferenciaremos a partir de ahora por niveles. El estafador es el nivel 0, sus primeros clientes serán el nivel 1 y así sucesivamente.  A medida que descendemos a lo largo de la pirámide, vamos necesitando más clientes para cubrir las posibles peticiones de resultados los primeros niveles. También hay que contar con la capacidad del timador de darles largas a estos, o de ir pagando de manera fragmentaria sus ganancias. Lo que le da más tiempo y margen para seguir captando clientes. Otra posibilidad es hacer cómplices a los niveles más altos de la pirámide, en cualquier caso, los primeros inversores sirven para dar credibilidad a la estafa, al ser vistos por potenciales clientes como un reclamo de una inversión segura.

Por ejemplo: cualquier inversor particular estaría dispuesto a pensar que la agencia de inversiones de Madoff era algo de fiar al ver que entidades como el Banco Santander tienen depositadas importantes sumas de dinero en el. Estas entidades deben tener muchos más mecanismos de información para saber que se hace con su dinero que un particular.

A lo largo de todo el proceso, el estafador va acumulando ganancias sin parar. Pero llega un punto en el que le cuesta encontrar clientes al ritmo que debe pagar beneficios a los anteriores niveles. Y la pirámide se colapsa.

El estafador no tiene más remedio que reconocer que todo es un timo. Que ha estado vendiendo “aire” a sus inversores.

  1. 2. La estafa de los bancos.

Las  entidades financieras son empresas que venden productos o servicios. Una cuenta corriente que te promete un interés por el mero hecho de tener el dinero allí depositado, un préstamo, una hipoteca, una tarjeta visa, planes de pensiones… todos ellos son “productos financieros”. De estos productos, el banco obtiene una serie de beneficios de sus clientes, como cualquier empresa o negocio. La forma más clara de beneficio de los bancos son los intereses que cobran por el dinero prestado.

Pero en los últimos años han sacado a la venta otros productos llamados “derivados financieros”. Los derivados financieros son productos que dependen de otro activo, como por ejemplo, de una hipoteca.

Así, el banco puede decidir vender parte de los beneficios que obtendrá en base a la “venta” de hipotecas a otro comprador distinto al cliente que ha suscrito la hipoteca. Este nuevo comprador espera que los beneficios que el banco iba a obtener con esa hipoteca en el futuro, le sean transferidos a él a cambio de una pequeña inversión.

¿Y qué hace el banco con el dinero que recibe por estos “derivados financieros”? Pues otorga más hipotecas con las que venderá más derivados.

El problema llega cuando para estas entidades cobra más importancia la venta de derivados que la calidad de sus productos.  Así, ante las ganas de obtener dinero inmediato de distintos inversores por medio de los derivados, los bancos comienzan a conceder hipotecas sin ningún tipo de control o de garantía de que serán pagadas de vuelta. Necesitan esas hipotecas para poder vender los derivados.

Al igual que con la estafa piramidal, el banco acaba vendiendo aire en forma de  hipotecas que jamás podrán ser pagadas. Hay que hacer notar que a diferencia de la estafa Ponzi, en esta está claro quién es el nivel más bajo de la pirámide. Son los trabajadores que han contraído una hipoteca, son ellos los que mantienen toda esta red de negocios a partir de su trabajo, que va destinado a pagar todos estos intereses que los niveles superiores de la pirámide esperan ansiosos.

Al igual que con la estafa Ponzi, llega un momento en que la pirámide se colapsa. Aquí también se acaban, de alguna forma, los clientes. Puede que porque no tengan dinero para pagar la hipoteca porque haya aumentado el paro, o que el precio de la vivienda caiga debido a un exceso de producción y las hipotecas pierdan rentabilidad para los bancos al ser de menor cuantía.

En teoría, han sido estos derivados financieros los que han causado esta vez la situación actual. Sin embargo, si analizamos brevemente cual es el funcionamiento “normal” de un banco, descubrimos que esta es siempre su forma de actuar. Los bancos, igual que el estafador de la pirámide Ponzi, otorgan dinero ficticio (venden aire) a los clientes que piden un préstamo o hipoteca, a cambio, recibirán  dinero “real” que el cliente  le otorgará al devolvérselo, por supuesto con intereses que harán que devuelva más de lo que se le otorgó.

Con el dinero que reciben de estos clientes pueden conceder nuevos préstamos y cobrar más intereses.

Para evitar que los bancos se pasen prestando “dinero ficticio”, los gobiernos suelen establecer una serie de regulaciones que les obligan a tener un porcentaje de “dinero real”, a esto se le llama Coeficiente de caja.

El coeficiente de caja indica el porcentaje del dinero de un banco que debe ser mantenido en reservas líquidas, y por tanto sin que pueda ser usado para invertir o hacer préstamos. Las autoridades monetarias de cada país establecen un coeficiente mínimo de reservas que todas las entidades financieras han de cumplir. En algunos casos, las entidades financieras pueden colocarse por encima del mínimo fijado legalmente. Durante los últimos años, el coeficiente de caja se ha ido reduciendo paulatinamente, desapareciendo en algunos casos junto con otras regulaciones, permitiendo así a las entidades el préstamo de más “dinero ficticio”.

De cualquier forma, el resultado que podemos esperar de este funcionamiento es el mismo que el de la estafa piramidal. Y la cuestión de los “derivados financieros” lo único que ha hecho es acelerar y agravar todo el proceso al incluir dentro de la estafa que representan los préstamos e hipotecas otra nueva estafa que depende de esta.

  1. 3. Consecuencias: Los bancos piden ayuda. Los gobiernos se la conceden.

Imaginemos que Madoff, después de estafar millones de dólares a sus clientes tras, pide ayuda al gobierno para pagar a sus enfurecidos clientes. ¿Impensable verdad?

Pues esto mismo es lo que han hecho los bancos:

EEUU:

En septiembre de 2008, el gobierno norteamericano intervino inyectando cientos de miles de millones de dólares para salvar algunas de las entidades que se habían declarado en bancarrota ante el colapso de su particular estafa.

España:

En octubre de 2008 el gobierno crea un fondo con cargo al Tesoro de 30.000 millones de euros, ampliables a 50.000, para salvar de la crisis a las entidades financieras.

Los bancos son los encargados de poner el dinero en circulación, de que las empresas puedan pedir créditos para expandir sus negocios, de que los particulares puedan pedir préstamos para consumir y mantener la industria y la producción de un país. Si los bancos no prestaran dinero, la economía se estancaría…

A no ser que fuera el mismo Estado el que se encargase de reactivar la economía claro está, pero que el Estado actué en nombre del bien común es algo que disgusta a todos los banqueros y empresarios que prefieren que el dinero sirva para sus intereses particulares.  Y, como veremos más adelante, los gobiernos atienden más las necesidades de estos empresarios que las del conjunto de la sociedad.

3.1 Aparecen las ”Agencias de calificación crediticia.”

Estas agencias nacieron a principios del siglo XX para evaluar la solvencia de los productos financieros. Es decir, en función del riesgo que sufrimos al invertir en esos títulos las agencias realizan una escala que nos dice si corremos o no peligro de perder nuestro dinero. Cabe destacar que estas agencias daban la mejor de las calificaciones a los derivados financieros que acabaron causando la crisis hasta una semana antes de que estallara todo por lo que han dejado claro que no son infalibles.

Lo más curioso es que se dedican a calificar la deuda pública de los gobiernos. Debido al elevado gasto llevado a cabo por los mismos, las Agencias de calificación comienzan a poner mala nota a la deuda de  algunos estados, ahuyentando así a los inversores y agravando la crisis en estos países. Dos ejemplos claros de esto son Grecia y España.

3.1.1 Recorte del Gasto Social:

Los inversores, empresarios, banqueros son llamados comúnmente “el mercado”, ya que las necesidades para el buen funcionamiento del sistema económico capitalista, o de libre mercado se identifican plenamente con sus necesidades particulares.

“El mercado”, decide presionar entonces a los gobiernos esgrimiendo el argumento de la huida de inversores debido a la poca “calidad” o fiabilidad de sus economías, que han puesto de manifiesto las agencias de calificación (que por cierto, también son empresas privadas con intereses privados).

En resumidas cuentas, acusan al gobierno de gastar mucho dinero (se lo ha gastado ayudándoles a ellos) e ingresar muy poco, algo que generará déficit y que en teoría hará que la economía empeore considerablemente.

Le piden que tome medidas de recorte de los gastos del Estado, y, evidentemente no le van a pedir un recorte de los fondos de ayuda bancarios. Le piden recortes en el gasto social. Y los gobiernos obedecen, enfrentándose a quejas de la población violentas como las ocurridas en Grecia, o como mucho tímidas en el caso de España.

3.2 Aparece el Fondo Monetario Internacional.

Esta especie de “banco de las naciones” es conocido  por prestar dinero a países igual que un banco presta dinero a un trabajador para comprar una casa. El FMI también pide intereses a cambio, pero sobre todo, exige que se cumplan una serie de medidas políticas en los países que necesitan su dinero. Convirtiéndose así en una institución que dicta la política de multitud de Estados alrededor del globo.

El FMI ha prestado dinero al gobierno Griego para “ayudarles” a salir de la crisis y a aconsejado al gobierno español sobre las medidas que debería tomar a partir de ahora.

El FMI, exige medidas en tres ámbitos:

Flexibilización del mercado laboral (abaratar el despido)

Liberalización del mercado (privatizar empresas públicas)

Recorte del gasto público (recortes en las medidas sociales)


3.2.2 La reforma laboral.

Como hemos visto, la falta de dinero en circulación hace que la economía se estanque y aumente el paro.

El gobierno podría plantearse que algo está fallando con los encargados de hacer que el dinero circule, los bancos, al ver que la economía sigue estancada y el paro aumenta a pesar del dinero que estos han recibido.

Para luchar contra el paro podría decidir crear empleo por su cuenta, o prestar dinero desde instituciones públicas como el Banco de España y asegurarse así de que el dinero llega a sus supuestos destinarios (empresarios y trabajadores).

En lugar de esto el gobierno se pone manos a la obra para una reforma laboral que tenga como objetivo el abaratamiento del despido, y la reforma (a peor) de las condiciones laborales (horarios, salarios mínimos…), que es lo que le piden los empresarios y banqueros para mantener su margen de beneficios a costa de los derechos del trabajador.

  1. 4. Alternativas

Desde el principio de la crisis, economistas críticos  han planteado alternativas concretas en cada una de las etapas.

Asi:

  1. En lugar de acudir al rescate de los bancos “estafadores” se podría haber dejado que desaparecieran.
  2. En lugar de recortar gasto público en medidas sociales que repercuten en el grueso de la población, se podría haber buscado un aumento de ingresos en base a los impuestos de las rentas más altas y una serie de medidas alternativas que afectan solamente a sectores superfluos o prescindibles como las expuestas en el cuadro anterior.
  3. En lugar de abaratar el despido, el gobierno podría haber optado por la búsqueda activa del pleno empleo desde las mismas políticas públicas. Es decir, fortalecer el sector público para crear empleo de calidad que repercuta en un aumento del consumo y de la actividad económica.

En resumen, los gobiernos podían haber tomado el modelo que sirvió para salir de la crisis de 1929 y volver a intentar aplicarlo. Las crisis tienen causas y un desarrollo muy similar y, desde el punto de vista racional, lo más lógico debería ser repetir una fórmula que ya ha dado resultados en un caso anterior.

Pero estas alternativas, en el fondo,  solo serían  temporales y limitadas.

  1. 5. El sistema económico capitalista.

Volvamos por un momento a la estafa Ponzi. Ya que es un buen ejemplo de cómo funciona el capitalismo.

En las empresas capitalistas, el dueño de la misma, “estafa” al trabajador parte del valor que este otorga al producto mediante su trabajo. Recordemos la “plusvalía: es el valor que el trabajo no remunerado crea por encima del valor de su fuerza de trabajo y que se apropia gratuitamente el capitalista.”

¿No se parecen los intereses bancarios a una forma complementaria de estafar al trabajador fuera del centro de trabajo? Al fin y al cabo, están cobrándole una cantidad extra de “dinero real” a cambio del “dinero ficticio” que le han prestado. Es decir, le están cobrando por nada. Al igual que su jefe gana dinero de su trabajo sin hacer “nada” el mismo.

Así que la pirámide de la estafa Ponzi, podría perfectamente representar cómo funciona el capitalismo:

Solo hay que saber delimitar bien a los estafadores del nivel 0 y a sus cómplices de los niveles cercanos.

¿Y no nos recuerdan estas pirámides a otras?

Al igual que durante el Feudalismo, la sociedad sigue estando dividida y segmentada. Pero al contrario que en aquella época, prácticamente el único elemento de juicio para establecer tu lugar en la misma es la cantidad de dinero que poseas.

Y ya hemos comprobado que para tener el suficiente dinero como para pertenecer a los peldaños superiores de la pirámide has tenido que “estafarlo” de alguna manera a aquellos que ocupan los peldaños más bajos.

  1. 6. ¿Y qué pasa con la democracia?

“Democracia es una forma de organización de grupos de personas, cuya característica predominante es que la titularidad del poder reside en la totalidad de sus miembros, haciendo que la toma de decisiones responda a la voluntad colectiva de los miembros del grupo. En sentido estricto la democracia es una forma de gobierno, de organización del Estado, en la cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación directa o indirecta que le confieren legitimidad a los representantes.”

Uno podría pensar que en países democráticos, las medidas que afectan negativamente a la mayor parte de la población y benefician a unos pocos nunca saldrían adelante, ya que si todos los votos valen lo mismo, la mayoría siempre ganaría. ¿Por qué no pasa esto en realidad?

Los países que están sufriendo la crisis se llaman a sí mismos democráticos, y  sin embargo, el pueblo no parece tener mucho que decir ante las medidas que toma el gobierno. La representación indirecta hace que los representantes políticos tengan carta blanca para hacer y deshacer durante 4 años. Lo único que está en nuestra mano es votar a otro partido en las próximas elecciones, como castigo si no hacen lo que habían prometido o esperábamos que hicieran.

El problema es que los partidos políticos parecen hacer más caso al “mercado”  (las empresas y banqueros), es decir, a la parte alta de la pirámide, que al “pueblo”. ¿Cómo es posible si su puesto depende de ello?

Tal vez tomar una determinada decisión que va en contra de los intereses de la mayoría les cueste unas elecciones. Pero el no hacer caso a los banqueros y empresarios les costaría su existencia.

Los grandes partidos políticos están ligados estrechamente a grandes empresas. Fundamentalmente a los bancos, que financian sus campañas publicitarias y muchas de sus actividades, es decir, financian su presencia en la escena política. Como una empresa que anuncia un lavavajillas, los partidos anuncian sus candidaturas. Y para tener la mejor campaña hace falta mucho dinero. Así que se lo piden prestado a los bancos, y los bancos se lo prestan, y, por mucho que aumente la deuda, jamás piden que se lo devuelvan.  Si acaso, ya se cobraran esa deuda de otra forma, como pidiendo el cumplimiento de una serie de medidas que les tenga como máximos beneficiarios.

Así que podríamos decir que vivimos en una democracia formal, es decir, una democracia que de democracia solo tiene el nombre. Y esto seguirá siendo así hasta que la gran estafa que representa el capitalismo no cambie de raíz, ya que las instituciones económicas no democráticas acaban extendiendo su influencia a la vida política.

En general (a la democracia) se la usa para justificar las estructuras existentes de clase y poder: Ustedes son el pueblo y su soberanía consiste en tener elecciones cada cuatro o seis años. Y eso significa que nosotros, el gobierno, somos legítimos aún para los que no nos votaron. Hasta la próxima elección no es mucho lo que pueden hacer por sí mismos. Entretanto, nosotros os gobernamos porque representamos al pueblo y lo que hacemos es para bien de la nación… La esencia de la democracia es que el gobierno tiene que tomar en cuenta lo que el pueblo quiere y no quiere. No hay ningún mecanismo eficaz para hacerlo: el gobierno representativo no es muy eficaz. A veces funcionan mejor la prensa o los movimientos directos.

Eric Hobsbawm


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